He sido muy cercana a mi Bisabuelo; estuvo en campos de concentración así que las pláticas de su estadía ahí y la aventura que tuvo al escapar con suerte de ahí, nunca faltaron en las en familia y cuando le visitaba.
Así que NO PUDE EVITAR LLORAR ante la travesia de Salomón.
Me ha gustado mucho, creo que te invita cuando menos a reflexionar ante la historia del mundo y de uno mismo mientras disfrutas de distintos giros inesperados a sabiendas de en qué va terminar o aquello en lo crees que va terminar.